Nos ha escrito Marco: «Hola. soy un hombre de 59 años. Siempre me han gustado las mujeres pero hace unos meses conocí a un nuevo amigo, hombre como yo. Cada vez que estoy con él compartiendo y conversando se me aprieta el estómago, me sudan las manos, me cuesta hilar las ideas, me pongo algo torpe para hablar, y no puedo dejar de mirarlo. ¿Qué me está pasando con este nuevo amigo? Necesito saber esto y cómo actuar.»

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Hola Marco,

Si en este punto de tu vida vieras que puedes sentir algo por un hombre no serías ni la primera ni la última persona a quien le sucede algo parecido.

Yo tengo un amigo gay que durante un tiempo estuvo saliendo con un señor de más de 50 años que había estado casado y con dos hijos. E igual a la inversa, hay mujeres que después de haber estado siempre con hombres deciden compartir su vida con otras mujeres.

Deberías de todas formas llegar a discernir si esto que sientes es algo que se está retroalimentando dentro de ti o bien si es una atracción genuina hacia este amigo.

Me explico. El cerebro nos juega malas pasadas. Podría ser que si al conocerlo estuvieras nervioso por lo que fuera y atribuyeras estos nervios al hecho de que quizá te podría gustar. Y ahora no puedes dejar de pensar que quizá te guste, y esto te hace seguir estando nervioso. Es como un círculo del que no puedes salir.

Es como por ejemplo cuando te gusta mucho una persona y te piensas que te la encuentras en cada momento. O cuando te piensas que todo el mundo te está mirando. Muchas veces son percepciones que nuestro cerebro crea dentro nuestro, pero que son falsas.

Yo creo que tienes dos alternativas.

La primera sería tomar distancia con este amigo. Dejar de verlo durante un tiempo con el fin de comprobar si estos sentimientos confusos que tienes dentro se ordenan y ves las cosas con más claridad. Si pasado este tiempo sigues sintiendo lo mismo, será que te gusta de verdad.

La segunda es continuar viéndolo como ahora pero imaginándote un acercamiento físico con él. O sea, ponte en una situación en la que por ejemplo le darías un beso. Y entonces siente tu cuerpo como reacciona. Es lo mismo que darle un beso a una mujer? Si es así hasta que no lo hayas probado de verdad tu cabeza no te dejará tranquilo.

No creo que debas avergonzarte por estos pensamientos que tienes. Lo mejor es dejar fluir las cosas con libertad, y aceptarlas como vienen. Como te decía no serías ni la primera ni la última persona a quien le sucede algo parecido.

La búsqueda de la felicidad es totalmente incompatible con la falta de respeto o el daño ajeno, pero no es para nada incompatible con los sentimientos que están fuera de la normalidad que marca la sociedad.

Mucha suerte!

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